El novato guardabosque de los Cachorros de Ponce, Antonio Brown, ha comenzado su primera temporada en la Liga de Béisbol Superior Doble A a toda velocidad, literalmente.
Tras disputados los primeros 12 juegos de la temporada, Brown encabeza el torneo con 17 bases robadas en igual cantidad de intentos, colocándose como una seria amenaza para la marca de la era de 20 juegos en el torneo federativo.
Con un promedio de bateo de .306, producto de 15 hits en 49 turnos oficiales, el veloz jardinero ha sido una chispa en la alineación de los Cachorros, combinando contacto, agresividad en las bases y solidez defensiva.
La marca de bases robadas en temporadas de 20 juegos fue establecida el año pasado por Alexis Torres, de los Gigantes de Carolina, con 21. Brown está a solo cuatro estafas de empatar ese récord, con ocho partidos aún por jugar. La hazaña cobra mayor mérito al considerar que Brown ha logrado sus 17 robos sin ser atrapado una sola vez.
A largo plazo, el récord absoluto —en temporadas de más de 20 juegos— pertenece al fenecido Luis “Rolo” Colón, de los Toritos de Cayey, quien se robó 41 bases en la campaña de 1979.
El historiador y periodista Oreste Alicea destacó que Brown viene de una destacada actuación en el béisbol Clase A con los Caciques de Mayagüez, campeones de la Región Suroeste en 2024. Allí, lideró a nivel nacional en bases robadas (19) y carreras anotadas (34).
El talento de Brown corre en la sangre. Su madre, Karimar Guilloty, es apoderada de los Indios de Mayagüez en la Liga de Voleibol Superior Masculino, y su padre es el exjugador de la NFL Alex Brown, quien tuvo una destacada carrera profesional en el fútbol americano.
El jugador de los Cachorros, de 23 años, fue escogido en el Sorteo de Jugadores de Nuevo Ingreso del 2025 y representó por cuatro años a la Mercer University en división 1.